La industria videojueguil nació como tal prácticamente a la par que fenómenos como Star Wars, en los que el merchandising basado en una película, serie o grupo proporcionaba pingüe beneficios tanto a los responsables de la propiedad original como a los que explotaban el fenómeno con su producto. Era lógico que aparecieran juegos que utilizaran como reclamo películas o series, apelando a los fans del producto original. Pero ojito, que no es oro todo lo reluce, y en el artículo de hoy vamos hablar sobre juegos de ordenador o consola con protagonistas extraídos de los más diversos productos: comida, música, juguetes… Todos ellos de dudoso atractivo para el comprador. Al margen de su resultado artístico (sí, artístico) o comercial, la cuestión que aquí se trata es… ¿a quién cojones se le ocurre hacer un juego de eso?

e¿Esos eran los colores del cubo?

El Cubo de Rubick

Atención a la genial idea: un juego sobre el cubo de Rubick para la Atari 2600, que ofrecería todas las ventajas y comodidades de su tecnología (ninguna) por un precio de unos 40$ (cuándo un cubo real costaba unos 4$). Afortunadamente éste título comenzó a desarrollarse cuando la consola estaba en sus últimos días, aquello del “great crash” de los videojuegos que propició 3 o 4 años sin consolas en las casas, y el juego quedó como un prototipo que nunca llegó a salir a la luz, a pesar de haber pagado una buena suma de dinero al fabricante original, con lo cual la pérdida de tiempo y de dinero fue más que significativa. Un fiasco mayor que lo de Superman Returns, del cual la industria no aprendió, me temo, ya que en el futuro, y que suelen pasar cuando las decisiones las toman un grupo de personas que antes vendían toallas.

 

Menudo vicio al messenger

Toi Acid Game

Uno de los puntos álgidos de la cultura de derribo de nuestro país. Un espectacular crossover que unía al muñeco de “Toi”, protagonista de unos populares cromos de los Bollicaos, con las carotas que, por algún motivo, salían en las cintas de Acid House. Si bien el origen y el atractivo del primero son comprensibles… ¿alguien podría decirme de dónde cojones salieron aquellos emoticones protobakalaeros? Es como si juntamos al bicho de las Cuétara Flakes con los smileys del Messenger. El “Toi” en cuestión luchaba contra las hordas de las caras/acid, que habían secuestrado a tu novia (no se sabe por qué) y querían dominar el mundo. Dado que el acid como tal ya no lo escucha nadie, podemos suponer que ganaron los Toi, el cual también sufrió un rápido declive y una rápida sustitución en las carpetas del cole por otros personajes. Todavía tengo pegatinas de Toi en alguna de ellas; sin embargo no he vuelto a jugar al Toi Acid Game ni en emuladores.

¿Juega a ser mayor? ¿Qué tal un Hipoteca a 35 años simulator?

Sabrina

Uno ve normal, hasta cierto punto, que existan juegos sobre Iron Maiden o Kiss. Si allá por los 80 hubiera salido un juego de Sigue Sigue Sputnik, tampoco nos habría extrañado. ¡Si hubo uno de Frankie Goes to Hollywood! Pero ¿de Sabrina? ¿De la one hit wonder más neumática del Italodisco? ¿En qué cabeza cabe? El juego tenía otra protagonista, y al no conseguir el permiso de esta, su compañía optó por la popular cantante italiana como reclamo para su juego. Sus tetazas adornaron la portada del juego, que resultó un somero fracaso debido a que, básicamente, era una puta mierda. Sabrina podía dar bolsazos, patadas o tetazos para encargarse de sus enemigos, que imaginamos querían secuestrarla (me gusta ser mujer). De haber tenido éxito, es posible que hubiéramos “disfrutado” de juegos de Tasmin Archer, Aqua o Natalie Imbrudgia. Bueno, el de Aqua seguro que hubiera molado.

No, si yo tengo un montón de amigos negros.

Shaq Fu

Para muchos Shaq Fu es el juego con licencia estúpida por excelencia. ¿Se imaginan la reunión de creativos de la compañía? “Hey, para ese juego de lucha que estamos preparando…. ¿por qué no hablamos con Shaquille O’neal“. El hedor del resultado nos hace agonizar aún hoy. Aquella diarrea mental nos regaló un juego de peleas que unían los tediosos combates del Rise of the Robots con la poco aventurera exploración de … El delirante argumento perpetrado para dar una justificación a tanta tontería merecería un análisis aparte. Pero lo cierto es que no tenemos tiempo ni ganas, así que le dejamos con una captura que según nuestros informes han despertado el interés del mismísimo Uwe Bol para llevarlo al cine.

¡Fido Dido, tu culo es mioooooooooo!

Cool Spot

Aqu í las ganas de vender un producto llegan a extremos delirantes. Cool Spot es el puntito rojo que podemos ver en el logotipo del Seven Up. Así como suena. Cualquier día hacen un juego del celo que abre y cierra un paquete de kleenex. El puntito molón protagonista de los anuncios del refresco durante una temporada jamás gozó del más mínimo interés o carisma (como Fuentes, que cosas), siendo sustituido por el muñeco pijo Fido Dido tras poco tiempo. Pero he aquí que Virgin se sacó de la manga un juego de plataformas divertidillo, para mayor gloría de la fichita roja esta, que es más recordada por el cartucho que por formar parte (supuestamente) del logo del 7Up. Hasta hicieron una secuela: Cool Spot goes to Hollywood. Si un cagarro como él llegó a la meca del cine ¿cómo no iban a triunfar Penélope Cruz, Elsa Pataki o Tobi McGuire? Hasta nosotros tenemos una foto por Sunset Boulevard. ¿Para cuándo un juego sobre el lacito que lleva la gata Hello Kitty?

¡Cuidado Chester, puedes caer en las alcantarillas del bosque!

Chester Cheetoh

La mascota favorita de los tramposos del Counter Strike (se les llama Cheetos, por si no lo sabían) tampoco quería quedarse sin su plataformas costroso para la Megadrive y El cerebro de la bestia. Conocedores del público al que iba dirigido, los más peques de la casa, los programadores hicieron que Chester el leopardo hiciera cosas molonas, como llevar gafas de sol, tocar la guitarra o montar en moto. Básicamente lo que aquí llamamos el “síndrome Poochie“, que también afectaba a personajes como Quimi de Compañeros. El juego pasó sin pena ni gloria, porque ni era bueno ni nadie ha sido nunca fans de Chester. Es lo que tiene hacer juegos sobre personajes que no interesan a nadie: que fracasan. Quién lo iba a decir.

… and join Cobra!

Pepsiman

Una de las mayores decepciones que nos llevamos en los 90 fue cuando nos enteramos que el juego en el que Pizzoleto (el niño imbécil mascota de Telepizza) recogía ingredientes y vencía a sus enemigos con trucos de magia no se publicaría. Menos mal que sí que pudimos disfrutar con el CD de nuestro nuevo héroe: Pepsiman. Siendo honestos, cuando oímos “Pepsiman”, la imagen mental es la de un gordo informático adicto a la Pepsi pero capaz de grandes proezas, como Edgar Stiles. Pero no, estábamos hablando de un auténtico superhéroe, un humanoide plateado a medio camino entre Silver Surfer y El comandante cobra, enganchado al refresco y esponsorizado por la conocida marca, que se encargará de que su protegido no pruebe jamás una Coca Cola, por lo que pudiera pasar. Con lo sencillo que sería hacer un buen juego en el que, no sé, la Pepsi normal te diera vida y la light que corrieras más rápido… Pues no, hay que inventarse un puto superhéroe, gran idea seguramente de algún joven ejecutivo del departamenteo de marketing. Del juego en si mismo, poco hay que decir, una especie de Tomb Raider con más hostias para PSX. Lo nunca visto, vamos. El muñeco se intentó vende durante un par de años hasta que en Pepsi se cansaron o hubo el habitual baile de ejecutivos, pero pasó a la historia como una de las peores mascotas de la historia. Que lejos nos queda ese gran Duffman. Lo más acojonante es que también apareció en un juego de lucha de Sega (¿??)

SiSi lo sacaran hoy, el malo sería Luis Arágones

La misión

Más conocido en esta santa casa como “la risión”, se trata de un título basado ni más ni menos que en un anuncio de esos que hace Nike con mucho dinero, con muchas estrellas de fútbol y que se supone que nos tiene que molar. El largo spot en cuestión ponía a Figo, Henry y otros puteros amigos de la química en un equipo de espionaje liderado por Van Gaal que debía robar un balón sin nada especial. Sería por vacilar. El anuncio no terminó de funcionar, con lo que el presupuesto del juego se redujo sustancialmente y lo tuvieron que hacer con lo que les sobra del pan, en un título destinado desde el mismo momento de su lanzamiento a ser quemado en un CD Princo y olvidado en una tarrina. Especialmente vergonzante era su selección de personajes. Un bochorno apto para mentes muy cuerdas o muy zumbadas.

¡Trampa, trampa! ¡Si fueran gemelas de verdad una iría de azul y la otra de roja!

Mary Kate & Ahsley Winner Circle

Lo de los juegos de las Olsen daría para un artículo en si mismo. Las gemelas más petardas del mundo protagonizaron varios juegos en los que se dedicaban a resolver crímenes (léase plataformas), pero estos estaban basados en una serie de novelas para niños en plan Los tres investigadores. Pero ¿un juego de hípica con las dos niñatas esas? ¡Gran idea! La hípica es uno de los "deportes" que peores resultados ha ofrecido en la historia de las consolas. Si lo unimos a las dos protagonistas, en una supuesta búsqueda del mercado infantil femenino, tenemos un auténtico fracaso en ventas. Es buena idea sacar juegos pensando en las niñas y en el público femenino, pero recordemos que en el campo de los juegos 1 y 1 no son necesariamente dos, en este caso más bien es -1. Con todo, hay quién dice que el juego está medio bien. Me van a perdonar ustedes si les confesamos que ni hemos jugado al juego, pero es que hasta unos desechos como nosotros tenemos cosas ligeramente más interesantes que hacer. Igual la semana que viene, que no hay fútbol.

El juego plantea el mismo desafío al jugador que el programa al espectador.

Gran Hermano

Nosotros siempre hemos sido grandes fans y seguidores del concurso, más que nada porque nos encanta ver gente discutiendo, insultándose y enrrollándose. Es decir, por lo mismo que ustedes frecuentan foros, ven el Tomate ("es que a esa hora no hay nada en la tele") o directamente acuden al mismo bar todas las semanas, "a ver qué ha pasao al final entre Maxi y Tomás que estuvieron a punto de sacudirse". Con estas premisas sería fácil hacer un juego de GH: quizá un sims… o una variante de un girlfriend simulator de esos… hasta una videoaventura de coger objetitos.

Pues no. El juego de PC de Gran Hermano es UN PUTO COMECOCOS. Así, como lo oyen. Y encima de los malos. Una auténtica estafa, hecha por cuatro duros en el momento adecuado que proporcionó grande dividendos a costa de miles de descerbrados. Brindamos por eso.

Nos dejamos muchos en el tintero, pero es que le vemos cierto sentido a un juego de Ronald McDonald, por ejemplo, que sí que ha sido popular, los de Britney Spears de cantar o bailar (al fin y al cabo, Briney SÍ canta y baila!), entre otras cosas porque de juegos de música igual hacemos otro artículo. Estos son, a nuestro parecer, los juegos licenciados más idiotas o basados en las propiedades inteletuales más peregrinas que nos hemos podido echar a la cara. Pero estamos seguros que continuarán existiendo, como lo hacen el hambre, las guerras, Eva Hache y demás plagas para la humanidad. Y si se preguntan por juegos publicitarios que directamente los regalaban, ala Whopper Chase… ¡ah, amigos… ese será otra entrada en su web favorita!

Sencillamente hermoso.