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José L. Viruete 13-05-05

Hace 50 años, por estas fechas diríamos "es Mayo y se acerca el calor". Hoy en día, con el mundo recalentado como una pizza de ayer y presa del efecto invernadero ése decimos "es Mayo y ya hace un calor que te cagas". El personal comienza a buscarse la vida para refrescarse, unos optan por ir con poca ropa, o directamente en pelotas, y otros prefieren bañarse en la fresca sangre de sus víctimas. Ambas opciones son respetables. Lo que seguro que harán los dos será tomar algo que les alegre el paladar y enfríe el cuerpo. Y cuando uno acude a comerse un helado, es fácil dejarse deslumbrar por los nuevos sabores que nos ofrecen las casas. Pero también a veces apetece recurrir a lo familiar, a lo conocido, a lo que sabemos que nos va gustar. Y ahí entran en juego los helados clásicos. Los de toda la vida. O toda la muerte, porque hoy vamos a hablar de el Drácula de Frigo.

"Conan... ¿qué es lo mejor de la vida?"

Poco imagianaba el sanguinario conde cárpato que su leyenda iba a ser convertida en un reclamo infantil para promocionar golosinas. Al menos le consolaría saber que su polo goza de un éxito tal que es uno de los pocos que sobrevive año tras año en los carteles del puesto de la esquina. Quién sabe, quizá optase por celebrarlo empalando a un par de perros turcos. Estos rumanos sí que saben como divertirse.

Al acudir a adquirir las muestras para este artículo contemplé, una vez más, que el envoltorio clásico ha desaparecido. Al igual que series como Star Trek o Kung Fu, lo clásico ha sufrido una remoledación para adaptarlo a los nuevos tiempos. El nuevo dibujo, es, en todo caso, parecido al anterior: un amenazante Drácula nos contempla desde el papel, desafiándonos a comerlo. Ahora el papelote es negro, que queda más elegante, y el logo más moderno. Antes era blanco y se veía un tenebroso castillo a lo lejos. Supongo que es un detalle sin importancia, pero yo, como Colombo, me suelo fijar en esas pijadas. Por lo menos no se parece a la musuloca esa que sale en Blade: Trinitry.

Mi nueva meta en la vida: empapelar una habitación con esto. ¿Os lo imagináis?

La apariencia siempre ha sido la misma, un helado negro, de apariencia elegante y suave textura, ni muy grande ni muy pequeño. Está compuesto por tres capas, cada una de un sabor, y nos recuerdan al conde transilvano. La primera, la negra, tiene sabor a cola, y representa la capa del vampiro, pero sin los siglos de "mierda y talarañas", que diría Chiquito en Brácula, que debería haber acumulado la del verdadero Vlad. Una cobertura se caracteriza por un estupendo sabor y una textura del hielo muy lograda, que no se despedaza como otros.

El segundo estrato del producto es rojo, sabor a fresa e imagino que representa la sangre, el preciado líquido vital que Drácula o Terelu extraen de sus víctimas y que nosotros podemos extraer de nuestro polo. La última capa, la vainilla, supongo que hará las veces de la carne del conde, pálida tras siglos sin ver la luz del sol. Como mi propia piel, más o menos. Tiene la curiosidad de que se acumula en la parte baja del helado. Y aunque parezca mentira, en este helado, incluso el palo ayuda a conseguir una mayor "caracterización". En efecto, el palo del palo podría representar la estaca, que inmoviliza al monstruo y permite que nosotros lo devoremos tranquilamente. Sencillamente increíble.

Estamos en la era del mestizaje: sí al sexo interracial.

En el propio helado, por la parte de atrás, en el listado de ingredientes se indica: "helado con sabor a vainilla". Según sus fabricantes, el sabor a vainilla es el principal, marginando así a sus dos colegas. No me malentendáis: estoy completamente a favor de la vainilla. La vainilla rockea. Me parece un gran avance para sus derechos que por fin se reconozca algún helado como de vainilla. Admiro su causa y sé que la vainilla lleva décadas de lucha y movilizaciones. No tengo ningún problema con ello: algunos de mis mejores amigos saben a vainilla. Pero no me parece justo que se margine así a los otras dos capas, que aportan tanto al resultado final como el sabotr ya mencionado

No olvidamos lo del Prestige.

La mezcla de los tres sabores es atractiva y equilibrada. La cola es de la mejor que se puede probar en un producto de estos tipos, la vainilla es suave y la fresa del final es original. Añadamos a esto que durante mucho tiempo se ha mantenido a un precio bajo y asequible para los más jóvenes (hasta hace poco, que ya vale 60c.) y tenemos un producto irresistible: buen sabor, bajo precio y ¿a quién no le gustan los monstruos? A todo el mundo, y al que no le gusten que le largue.

Hoy por hoy, los nuevos helados de Frigo, Nestle (Avidesa ya murió ) optan por atraer al comprador más adulto con propuestas más sobrias y como de catálogo de Ikea pero en helado, y así, los que iban dirigidos a los chavales cada vez ocupan menos sitio en el cartel y son cada vez menos ingeniosos. En su día teníamos fantasmas (Nifty), tiburones, y en los restaurantes chinos había frankesteins. Ahora nos tenemos que conformar con aburridos carteles donde gente que parece italiana se come diferentes variedades de cornettos. Que coñazo.

El virugato lleva una dieta más sana que yo y pasó del potingue éste.

Ojalá hubiera seguido la tradición y hubiéramos podido probar helados de Aliens, de Depredador, uno de zombies (sesos de nata y nueces, por ejemplo), de Nicky, digo, Chucky, de Jaime Bores.. Hay todo un mundo por explorar, pero aquí, como lo de Halloween tampoco se estila mucho, pues nos quedamos sin nuestra ración de monstruos. Del Vampiro, hay cientos de versiones, y esta es de las pocas que permanece inmutable con el paso del tiempo. Lo único que nos queda por hacer es apoyar al Drácula, y tomarnos muchos este verano. Además, así le devolvemos la jugada por la de siglos que lleva chupándonos la sangre, el muy cabrón. Las cosas como son.

-Papi, papi, vamos de excursión a alguna parte - dijo Bi-Kuh, el pequeño Baby Furby.

-¿Quién ser tú? -preguntó Lu-Luh

-Ser tu hijo, Lu-Luh -le increpó Ku-Chai, el furby verde.

-Ah, ser verdad... el Furby ése.

-Eso, eso, vámonos todos de excursión a algún sitio bonito -jaleó Ku-Tai, el multicolor presidente de los furbys.

-Ya tuvo que aparecer el cantamañanas este. ¿Y dónde vamos, so crestudo? -respondió Lu-luh

- Al parque de atracciones -dijo el pequeño Bi-Ku

-A una fábrica de cajas de cartón -sugirió Ku-Chai

-No, que ser demasiada excitación para el crío. Ya saber dónde ir...

..¡A LA CAMA DE JOSE! -concluyó Lu-Luh entusismado

-Menuda excursión... No sé que leches haber aquí que mi tener tanto sueño. Oler raro -advirtió Ku-Chai.

- Hueles a sudor -dijo Ku-Tai.

-Oyeee túuu, no imitar a Aída -se quejó Bi-Ku.

-Este ser un sitio inóspito lleno de criaturas extrañas -afirmó Lu-Luh.

-Exacto -dijo un arbusto al pasar.

-Vamos a explorar a ver que hay...

-¡UAAAAAAAAAA! ¡ES DRÁCULA! - Lu-Luh se moría de miedo.

-¡MI MIERDORL! -gritó el verde Ku-Chai.

-¡Y está bailando ragatton! - observó Ku-Tai

-Oyeee, que es un helado -apuntó Bi-Ku - y todo el mundo sabe que los helados solo bailan música Disco.

-Me da igual... ¡ES DRÁCULA! ¡DRÁCULA! ¡DRÁCULA, DRÁCULA, DRÁCULA! - ¡Ku-Tai estaba aterrado!

-Por lo tanto bailaría el Dragostea, que es de la misma zona -concluyó el inteligente baby Furby..

-Me da más miedo que los anuncios de Cruzcampo. ¡Huyamos antes de que nos vea! -Exclamó Lu-luh. Y todos los furbenses siguieron su ejempló.

-CORREEED POR VUESTRAS VIDAS - dijo Ku-Tai

-AY, mi tener poquitas pilas y unas patas pequeñas, costar correr - jadeó Bi-Ku..

-Huye, que si Drácula venir, sorber el liquidillo de las pilas -le avisó el furby blanco.

-Querer decir lo que produce la sustancia XYZ que hace que poder hablar.

-Eso -dijo Lu-Luh pensativo... -Mi todavia no contar al crio que funcionar a base de mezquindad- pensó.

-¡¡FREEEENAAAAAD!! ¡¡ERA UNA TRAMPA!!

- ¡AHí ESTÁ DRÁCULA!

-¡Y un bote de agua oxigenada, con pinta de ser también muy mala!

- ¡ESTAMOS PERDIDOS! ¡BUAAAAAA!


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