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ADSO DE MELK 27/8/04

Ahora que las series juveniles vuelven a estar de moda gracias a Smalville o The O.C., creo que es un buen momento para hablar sobre Dawson´s Creek, una serie que curiosamente divide a la audiencia entre fervientes seguidores y críticos feroces. Yo estoy entre los primeros, por supuesto, aunque no pueda ver la tercera temporada que ahora emiten por las mañanas. En realidad, si una serie es de adolescentes, tampoco hace falta mucho más para que me guste. Pero ese es otro tema.

Dawson Crece (esa es la traducción española) se sitúa a medio camino entre dos tipos de series juveniles: la sit-com tipo Salvados por la campana, con sus personajes estereotipados, sus tramas recurrentes, ese universo reducido a pocas personas; y por otro la serie dramática tipo Los rompecorazones, más realista, con tramas que van generando cambios en los diferentes capítulos, secundarios que aparecen, crecen o se marchan, etc...

-Ahora que Pacey se tire a por los zapatos

En Dawson Crece los personajes no son claros estereotipos, pero es cierto que en cada capítulo los protagonistas suelen ser sólo cuatro o seis a lo sumo, al contrario de Los rompecorazones o Colegio Degrassi, en las que había un montón, y si te perdías una semana te preguntabas ¿quién es ese rubio que está liado con la gótica? Además, los episodios suelen tener una estructura circular (todos comienzan con Dawson y Joey en la habitación del primero terminando de ver una película), sobre todo en las primeras temporadas, algo que la relaciona con las comedias de situación, más simples y repetitivas. Por otra parte, aunque en “Dawson Crece” los personajes evolucionan, los capítulos tienen una intención independiente, los continuarás son una excepción. Por eso está a medio camino entre las dos. Estaría más cerca si acaso de Sensación de vivir o de la propia The O.C., una mezcla entre la típica serie americana de instituto y las canadienses, más radicales.

Debido a que la serie es muy larga, comentaremos más que nada las dos primeras temporadas, que dicho sea de paso, son las mejores. Suele ocurrir en este tipo de producciones que los creadores las alargan y alargan, y cuando terminan de liar a todos los personajes con todos (Al salir de clase es un buen ejemplo), matado a algún secundario (Scott en Sensación de vivir o la arpía Abbey en Dawson) o recuperar a un personaje antiguo (la profesora pivón en Dawson), no se le ocurren muchas más ideas.

Pero empecemos de una vez, que si sigo así voy a meter más rollo que los discursos profundos de Dawson y Joey.

Dawson Crece cuenta la historia de una pequeña población costera (Capeside, no confundir con Bayside) de la parte este de los Estados Unidos, centrándose en el paso de la adolescencia a la madurez de los personajes protagonistas, a saber:

Dawson Leary, chaval con pinta de salir de un anuncio de Tommy Hilfiger (o de aquella colonia española, Boston, que imitaba las pelis de high school americanas), más fan de Spielberg que Viruete de Superman, y con unas dudas existenciales que harían temblar al mismo Kafka (¿Cómo? ¿No sabes quién es Kafka? Koldo dixit). Es el hijo único de un matrimonio perfecto: él tiene pinta de actor porno y de hecho está en paro; ella es una periodista calenturienta que pone los cuernos a su marido al principio de la serie.

Pronto se dará cuenta Dawson de que en la vida no todo es tan bonito como en las películas de Hugh Grant. Es fácil identificarse con Dawson, porque es un idealista, un cinéfilo y un buenazo, como algunos de los mejores lectores de la web. Además tiene pinta de chico sano y un poco visualdisco, pero al lado de los jugadores del equipo de fútbol es poco menos que un grunge. Dawson será el personaje que menos evolucione de toda la serie, algo que él mismo reconocerá. Aunque en un principio Dawson se fijará en Jen, pasará toda la serie enamorado de Joey, amiga de la infancia que pedirá un distanciamiento cuando se de cuenta de que a ella le han crecido los pechos. Su gran sueño será ser director de cine, por lo que rodará unos cortos para tratar de emular a su ídolo, Steven Spielberg, de cuyos films está decorado su cuarto con todo tipo de posters. La separación de sus padres, sumada a su propia ruptura con Joey, le sumará en una crisis, pero no por ello perderá sus pod..., quiero decir, no por ello perderá su romanticismo y sus ideales.

Joey Potter (nada que ver con el odioso mago), es la chica-Dylan McKey de la serie. De familia problemática, con madre fallecida y padre en la cárcel, trabaja de camarera en una heladería, vive con su hermana embarazada de un hombre negro y está enamorada en secreto de Dawson. Cuando entre en acción Jen, ella sacará sus uñas y luchará por él, llegando incluso a salir juntos.Pero no duró mucho su idilio con Dawson; ella está creciendo y se está conociendo a sí misma, por lo que necesita espacio (la típica excusa).

Joey es la que más cambia a lo largo de la serie, convirtiéndose en una imbécil en mi opinión a medida que va dejando de ser dependiente de Dawson. Empezará a valorarse más a sí misma cuando empiece a pintar, y a fijarse en otros chicos, como Jack McPhee, aunque increíblemente acabará al final con Pacey, algo que nos descolocó a todos en su día. Viru dice que las Corrs son “tres Joeys”, lo cual no tiene por qué ser necesariamente malo.

Jen Lindley es la chica mala y sexy, la recién llegada al pueblo que trae de cabeza a toda la serie. A pesar de tener 15 años, ha vivido todo tipo de excesos en Nueva York, por lo que hay quien piensa que puede ser pariente de Ace Frehley. Su protagonismo tendrá altibajos, y uno de los momentos más interesantes son los choques con su abuela Tía May (no recuerdo su nombre, pero recuerda a Tía May), una fanática religiosa con la que vive y a quien escandalizan los modos liberales de la jovencita. Evoluciona de chica facilona y libertaria a buena amiga madura de Dawson, aunque su rol de mujer curtida por la vida no lo perderá jamás.

Nunca se llevó bien con Joey, debido a la rivalidad entre ambas por Dawson. Aparte del tipo rubio, salió con un fanático religioso (lo que le faltaba), con un niñato cantautor y tenía un antiguo novio de Nueva York que sólo pensaba en la juerga, como Vince Neil, y que un día se llevó a Dawson y a Pacey para que se soltaran el pelo. Aparte de los protagonistas, su mejor amiga será Abbey, una niña pija odiosa que se entretiene lanzando rumores infundados, metiendo cizaña entre sus compañeros, y que terminará ahogándose en un dramático capítulo. Si os acordáis, en el funeral Jen dará un discurso en el que dará la nota, ofendiendo a su abuela que la echa de casa y todo.

Pacey Witter es el mejor y único amigo de Dawson, el típico secundario gracioso, rebelde, problemático, víctima de un padre policía autoritario y un hermano también madero, igual de idiota. Al principio tuvo un lío con una profesora cañón (Tamara, no confundir con Ámbar), que provocó un escándalo en el instituto, y más adelante sería novio formal de Andie McPhee, una chica con traumas psicológicos por un hermano fallecido, hermana de un chico impersonal y gay, aunque esto último no lo supo desde el principio.

Es una mezcla entre el tipo con sombrero (Joey) de Colegio Degrassi y Screech, como se pudo comprobar en el capítulo en el que se celebra un concurso de misses en Capeside y Pacey se apunta, como hizo en su día el nerd amigo de Zack. No ganó, por supuesto, pero para la historia queda su pinta a lo braveheart y su discurso reivindicativo. Pacey también evolucionará mucho, aunque nunca dejará de ser el típico perdedor. Gracias a su novia Andie, se volverá responsable en los estudios, aunque el estigma familiar siempre le dejará marcado. De hecho, cabe recordar el escupitajo que le soltó a un profesor que estuvo puteando a Jack McPhee, el hermano de Andie, que llegó a salir un tiempo con Joey. Con el tiempo, dará la vuelta a su papel de secundario, llegando a acaparar más protagonismo que el propio Dawson. De hecho, hasta acaba con Joey. Ahora que lo pienso, en un capítulo llega a teñirse el pelo de rubio...¿Tan idealizado tenía a Dawson?

Antes hemos mencionado a dos más, que aparecerán en la segunda temporada, y que parecen sacados de una película de Almodóvar: Andie McPhee, chica neurótica, y Jack, su hermano gay, que darán vidilla a los capítulos. Hay que mencionar sobre todo el momento en el que Jack recita un poema en clase en el que descubre a los demás y a sí mismo su condición homosexual. Estaba claro que si era un chico sensible y le gustaba el arte, tenía que serlo. ¿Qué dije antes sobre los estereotipos? Como todos, pasará de ser un personaje episódico a ser uno de los pilares de la serie. Desde luego, siempre nos ha parecido un buen chico, aunque algo simplón.

El creador de la serie no es otro que Kevin Williamson, el responsable de la “renovación” del cine comercial de terror adolescente en los 90, con títulos como Scream o Sé lo que hicisteis el último verano. De hecho, en la primera temporada habrá un capítulo en el que se realiza un homenaje a esos films: un psicópata merodea por Capeside, hace llamadas a Jen (que hace de Drew Barrymore), etc. Y es que el sentido del humor y los guiños están presentes a lo largo de toda la serie. Algunos ejemplos:

-En un episodio, Dawson, Pacey, Jen, Joey y Abbey son castigados a pasar la mañana del sábado en el colegio, y no deja de ser una versión reducida de El club de los cinco, como el propio Dawson reconoce.

-Uno de los rasgos diferenciales de la serie es la manera en que se expresan los protagonistas. En vez de decir “estoy jodido porque no sé que hacer con mi vida”, Dawson o Pacey dirán “El lacerante dolor que siento me impide dilucidar cuál será el destino de mi existencia”. Lenguaje y pensamientos profundos para chicos de quince años. A esa edad, mis grandes dilemas eran si Fisto era más fuerte que el chino de la mano dorada, o si Anthony se había matado realmente al caerse del caballo ¡Pobre Candy! Con el sentido del humor del propio director, observamos que en el segundo guión que Dawson escribe (quiere ser director de cine, y escribe varios cortos) los personajes utilizan un lenguaje recargadísimo, como una exageración de la propia manera de hablar exagerada de ellos mismos. Siempre he pensado que ese aspecto restaba verosimilitud a la serie, pero al mismo tiempo es una de sus rasgos distintvos. Chicos profundos y sensibles estos de Capeside, que sin duda jamás vieron Salsa rosa o El Supershow.


-Uno de los casos más extraños de bromas privadas de la serie se produce en uno de los momentos cumbres de la primera temporada. Os pongo en situación: en el capítulo antes mencionado sobre el concurso de belleza, ese en el que se presenta Pacey, Dawson se da cuenta por primera vez de que Joey es algo más que su amiga: como ella se peina y maquilla para participar en el concurso (en el que queda segunda) la ve como nunca la ha visto, y se da cuenta de que la quiere. Pues bien, ante esa reacción, Joey, con su habitual inseguridad le dice que todo es una fantasía, que ella no es una princesa, sólo está vestida y arreglada, mañana volverá a ser la Joey de siempre, etc. Pues bien, a lo que iba: en el episodio siguiente, al comienzo, vemos a Dawson y Joey hablando en el cuarto del chico rubio mientras se oye de fondo la película que ambos están viendo. ¿Y saben qué es lo que puede escucharse? Ni más ni menos que la conversación entre Dawson y Joey del capítulo anterior, la del concurso de belleza. Osea que Dawson ¡¡¡es fan de su propia serie y la ve en su cuarto!!! Esto es kafkiano (¿Cómo? ¿No sabes quién fue Kafka?, etc).

-El colmo de las coñas con la serie se producirá en el film Jay y Bob el silencioso contraatacan, donde James Van Der Beek se burla de su mítico personaje, del que todo hay que decirlo, nunca logrará librarse del todo.

En general, la serie tiene muy buen ritmo, consigue atrapar con sus tramas, las introspecciones de Dawson y Joey, las canciones típicas de instituto (similares a las de pelis como The Faculty o Rumores que matan, con gente como Sixpence none the Richer, Jessica Simpson, o Paula Cole ), y gracias a Dios no hay un tufillo a producto de diseño para adolescentes idiotas. No es difícil entender a los chavales de Capeside. Por otra parte, se agradece que las intervenciones de los padres sean mínimas. Uno de los fallos de las series españolas es que el rol de las personas mayores a veces es tan importante o más que la de los adolescentes, y eso no puede ser. ¿Quién quiere saber cosas del padre de Clark Kent? Uno quiere ver al futuro Superman ligando con Lana o discutiendo con Luthor, pero lo que haga su progenitor es lo de menos. Algo parecido pasa en Dawson, porque a pesar de que la trama de la separación de los padres es importante al comienzo, lo cierto es que se centran sobre todo en las consecuencias que llegan a tener en el hijo.

Es interesante además que el tema tabú (el sexo) sea protagonista prácticamente desde el comienzo, pero nunca abordado de una manera explícita, como en las pelis de Spielberg. Es uno de los rasgos fundamentales de Dawson: tiene cientos de oportunidades, pero nunca se estrena, porque él valora sobre todas las cosas la premisa del amor romántico. El sexo preocupa a todos, incluso a la experimentada Jen, que en un momento de debilidad llega a preguntarle a Joey en privado si Dawson, bajo sus pantalones tendrá “una pistola o un rifle”...

Otro de los méritos es el acertado equilibrio en la importancia de los personajes. A pesar de que la serie se llama Dawson crece, a medida que avance, Joey, Pacey o Jen irán adquiriendo tanto protagonismo o más que el aspirante a Spielberg, buscando renovar tramas y no perder el interés.

Personalmente, mi momento favorito de la serie es en un cumpleaños de Dawson en el que, asqueado de que no ha "evolucionado" nada en un año va a un local, y allí Dawson y Andie se emborrachan a base de ron y coca-cola y acaban ¡¡¡cantando un blues en el escenario del club!!!! Lo mejor viene después, cuando Dawson vuelve a su casa, a su propia fiesta de cumpleaños, borracho perdido, y le canta las cuarenta a cada persona importante de su vida: su madre es un putón, su padre un parado, etc...

Y por último, otro punto a favor de la serie es que Dawson es clavado a mi amigo Agustín, lo cual tiene su gracia.

A continuación, y para deleite de los mitómanos, incluyo parte de la primera conversación seria entre Dawson y Joey (en el primer capítulo) en el que ya se dan a conocer muchas de las claves de la serie:

Joey: No me parece una buena idea seguir quedándome a dormir, ¿entiendes?
Dawson: *incorporándose*¡No, no lo entiendo! Hoy es sábado, y duermes aquí desde los 7 años...
Joey: Las cosas cambian, Dawson, evoluciona.
Dawson: *sentado en la cama* Pero, ¿de qué estás hablando?
Joey: Dormir juntos estaba bien cuando éramos críos, pero hemos cumplido los 15...
Dawson: Sí...
Joey: Empezamos el Instituto...
Dawson: ¡Sí...!
Joey: ¡¡Yo tengo pechos!!
Dawson: *riendo* ¡¿Qué?!
Joey: ¡¡Y tú tienes genitales!!
Dawson: *un poco avergonzado* Siempre los he tenido...
Joey: Y tienes más cosas...
Dawson: *sonriendo* ¡¿Y tú que sabes?!
Joey: Los dedos largos. *Dando media vuelta hacia la ventana* Tengo que irme...
Dawson: Oye, no salgas corriendo, ¡vamos, explícate, Joey!
Joey: *volviéndose de nuevo* Creo que nuestras hormonas pueden alterar esta relación, y prefiero limitar los riesgos.
Dawson: *levantándose y yendo hacia ella* ¿Tus hormonas no estarán empezando a sentir algo por mí, no?
Joey: ¿¡Algo!? ¡¡Qué fuerte!! ¡No, no siento algo por ti, Dawson! Hace mucho que te conozco. Te he visto moquear, eructar, rascarte el culo, vomitar... *irónica* No puedo sentir algo por ti...
Dawson: ¿Pues cuál es el problema?
Joey: Hay que adaptarse al cambio, o el tema hombre-mujer acabará interponiéndose.
Dawson: ¿Qué es esto: Cuando Harry vivía en los 80? ¡No seas absurda! *se tumba en la cama* Nosotros superamos esa tontería...
Joey: ¿Cómo la superamos?
Dawson: Yéndonos a dormir... Estoy cansado.
Joey: Niegas los hechos.
Dawson: No, los pruebo. Pruebo que podemos seguir siendo amigos a pesar de tus teorías de desarrollo sexual.
Joey: No creo que funcione, Dawson.
Dawson: No te me pongas femenina, Joey, o tendré que llamarte Josephine...
Joey: Ahhhh... ¡¡Josephine...!!
*Joey se abalanza sobre él, a la cama, y empieza a hacerle cosquillas por todo el cuerpo*
Joey: Vas a ver...
*Comienzan a forcejear, riendo, hasta que Joey empieza a quejarse porque Dawson la está ganando. Al final, Dawson consigue reducirla, sujetándola de las muñecas*
Joey: Au, au, au... Vale, me rindo. Me rindo...
Dawson: Somos amigos. Por mucho vello que nos salga en el cuerpo. ¿Hecho?
Joey: Hecho.
Dawson: Y no volveremos a hablar de esto, ¿hecho?
Joey: De acuerdo.

Como ven, la típica conversación que todos hemos tenido a los quince años con la amiga con la que hemos compartido cama y películas, y que llegado un momento crucial, nada es como antes. Esperemos que eso no le pase a viruete.com y por ella no pasen nunca los años, ni le crezcan pechos.

Terminemos este artículo con el mensaje de la canción de la cabecera (la segunda canción, más famosa que la primera, que quizás era más apropiada):

I don't want to wait for our lives to be over,
I want to know right now what will it be.
I don't want to wait for our lives to be over,
will it be yes or will it be sorry?


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